Agurra
Estimados amigos Veteranos de la Escolta de Caballería, estamos a las puertas de la festividad del día de la Virgen de Guadalupe, el día grande
de las fiestas de Hondarribia. Un día 8 de septiembre en el que nuestros antepasados se comprometieron a la renovación anual del voto que se le hizo a la Virgen, en
agradecimiento por la liberación del asedio al que la ciudad fue sometida por las tropas francesas en el año 1638.
Curiosamente, un 8 de septiembre de 1522 fue la fecha en que el ilustre navegante getariarra Juan Sebastián Elcano llegó a
Sevilla de su circunnavegación del mundo.
Ambos hechos históricos convergen en el día de la Virgen: mientras que el navegante, años después de su gesta, agradeció a la
Virgen de Guadalupe con la donación de seis ducados dorados, los hondarribiarras
se lo agradecemos año tras año realizando el Alarde de armas, acudiendo al monte
Olearso a darle las gracias a su Santuario en cumplimiento de nuestra heredada promesa.
El Alarde, como decía mi amigo Juanito Alkain, «es sagrado»; es sentimiento, piel de gallina, recuerdos de niñez, de las personas que queremos y que nos faltan. Por ello, los
años en que no hemos podido celebrarlo han sido fechas de resignación y tristeza, pero
no quedaba otra alternativa que la de obrar con responsabilidad. A pesar de no haberlo podido realizar, pudimos cumplir con el voto,
con la promesa del pueblo.
Afortunadamente, la situación sanitaria ha ido mejorando y, por ello, tenemos la esperanza de poder celebrar un Alarde 2022 por todo lo alto, como merece la ocasión.
Serán tres años desde el último Alarde. Una eternidad, mucho tiempo para una
rememoración que ansiamos celebrar.
El Alarde de este año debemos realizarlo con la alegría, respeto y la solemnidad que merece el hecho histórico que celebramos.
No albergo duda alguna de que será uno de nuestros mejores Alardes.
Aportemos todas y todos nuestros granitos de arena para que así sea.
Felices fiestas patronales,
Iñaki Sagarzazu Othaitz
Gora Hondarribia!
Gora Ama Guadalupekoa!