fuente Localexperts
La mitología vasca se basa en los cuatro elementos que se encuentran en la naturaleza: la tierra, el agua, el fuego y el aire, pero la tierra es el centro de todo.
Akerbeltz o Aker es un espíritu en popular del pueblo vasco. Toma forma de macho cabrío negro, como su nombre bien indica en euskera. Vive en el interior de la tierra y tiene muchos espíritus menores como siervos.
Akerbeltz tiene dos caras, una buena que se encarga de proteger a los animales que están a su cargo, e incluso tiene poderes de curar sus enfermedades, y la mala, que es cuando dirige reuniones de brujas y brujos haciendo aquelarres. Por ello en el cristianismo, fue identificado como el demonio.
Había unas creencias que decían que él era el protector de los animales y las casas y por ello era y sigue siendo habitual que la gente del campo en el País Vasco tengan un macho cabrío negro en los caseríos para que este proteja al resto de animales domésticos que se crían en el lugar.